¿Por qué estos lugares son los más caros?

La concentración de propiedades de lujo en la Costa del Sol (Marbella, Benahavís) y en las Islas Baleares (Mallorca, Ibiza) no es casualidad. Estas zonas se han consolidado como destinos de inversión para compradores internacionales de muy alto poder adquisitivo, que buscan algo más que una casa:

• Exclusividad y Privacidad: Estas mansiones se ubican en urbanizaciones cerradas, con seguridad 24/7 y lejos de las zonas turísticas masificadas. Ofrecen un alto nivel de privacidad que es un bien escaso.

• Clima y Estilo de Vida: El clima mediterráneo, con más de 300 días de sol al año, permite disfrutar de un estilo de vida al aire libre, con acceso a puertos deportivos de élite, campos de golf de prestigio internacional y playas de aguas cristalinas.

• Inversión Segura: Para los inversores de lujo, estas propiedades representan un valor seguro. La demanda por este tipo de activos es constante, lo que garantiza una buena revalorización a largo plazo.

El valor de estas propiedades no solo se basa en su ubicación, sino en un conjunto de características que las convierten en verdaderas obras de arte arquitectónicas y tecnológicas. No son casas tradicionales. Suelen ser creaciones de arquitectos de renombre, con diseños minimalistas, líneas limpias y grandes ventanales que integran el interior con el paisaje. Incorporan domótica de última generación para controlar la iluminación, la seguridad, la climatización y los sistemas multimedia. Además, muchas incluyen tecnologías sostenibles como paneles solares y sistemas de gestión de agua. Más allá de las piscinas, estas mansiones cuentan con spas privados, gimnasios, salas de cine, bodegas de vino, pistas de pádel o tenis, y en algunos casos, helipuertos o acceso directo a la playa. Se caracterizan por tener parcelas de miles de metros cuadrados, dormitorios con vestidor y baño en suite, y garajes para múltiples vehículos. El espacio y la sensación de amplitud son fundamentales.

El caso de la propiedad en Madrid suele ser una excepción, ya que no tiene las características de una villa de playa, sino que se valora por su ubicación en urbanizaciones de lujo como La Moraleja, su proximidad a la capital y su oferta de ocio, negocios y servicios exclusivos. El perfil del comprador en Madrid es a menudo el de un empresario o celebridad que busca una residencia principal de altísimo nivel.